Santo Tomás de Aquino, patrono de las escuelas católicas, dice: “Las cosas que amamos nos dicen quiénes somos”. Podemos imaginar los diferentes caminos que puede llevarnos esta afirmación cuando analizamos nuestra propia vida y determinamos qué es lo que amamos. ¿Las posesiones materiales? ¿Comprar el coche más nuevo? ¿Vivir en la casa más grande? ¿O hay cosas intangibles que valoramos, como la fe, el conocimiento y la sabiduría?

No hay mayor prueba del amor por la educación que la de las miles de familias de nuestra diócesis que optan por matricularse en nuestras escuelas católicas. Los padres hacen innumerables sacrificios, tanto económicos como de otro tipo, para que sus hijos reciban una educación basada en la fe que les inculque un conjunto de creencias y principios para toda la vida que no se encuentran en un sistema escolar público. Los padres exigen a nuestras escuelas un mayor nivel de responsabilidad debido a la importante inversión que se hace en la educación de sus hijos.

Nuestros profesores también sienten un gran amor por nuestros estudiantes. Muchos de nuestros profesores y personal de apoyo escolar renuncian a muchos beneficios que podrían estar disponibles en otros lugares porque realmente creen en la importancia de incluir a Cristo en el aula. Su amor por nuestras escuelas se demuestra en su dedicación y compromiso con la formación de los corazones y las mentes de nuestros jóvenes.

Muchos de ustedes apoyan a nuestras escuelas no solo con medios económicos, sino también con incontables horas de trabajo voluntario. Estos actos de amor son otra razón por la que nuestras escuelas tienen éxito. Gracias por su continuo apoyo.

Por favor, tengan en sus oraciones a todas nuestras escuelas, a nuestros maestros y personal de apoyo, a nuestros estudiantes y a sus familias. Que Dios siga derramando sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.

Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros.

Santa Isabel Ana Seton, ruega por nosotros.